En casi 7 horas de viaje da tiempo a muchas cosas.. y este final de mañana, mediodia y tarde ha tocado viaje interno y conducir. Ha habido espacio para todo, para el recuerdo, para la nostalgia, para reflexionar, para poner intención a esta nueva etapa y hasta para llorar.. y es que me da lo mismo estar sentada en una silla 6 horas mirando a los folios que mirando la carretera, pero hay un gran diferencia, los folios no dejan espacio para mi vida y la carrertera me va abriendo camino, expectativas, y hasta emociones según por donde pase o según me toque el sitio internamente.
Alguno se extrana de que a menudo me embarque en el coche sin pereza ninguna, pues, fiajate, que a mi los trayectos largos, no se me hacen pesados...cómo me voy a aburrir si es el único momento en mi vida en el que me permito cantar a grito pelao?? aburrirme me aburro, pero me aburro en la biblioteca, me aburro frente al ordenador, me aburro de dar pedales en el ginmnasio sin cambiar de lugar, o me aburro en un bar y al final, le dedicamos las mismas horas...
Este viaje ha sido especial, tanto la ida, como la estancia y la vuelta. En la ida, subia contenta, con las intenciones claras pero con un ápice de culpa por dejar castigado el temario en la estanteria. Aun así internamente sabia que era lo mejor, que necesitaba tomar distancia, y ver con perspectiva que me estaba empezando a meter de lleno en una dinámica poco sana.
La estancia, inmejorable, dosis curativa de otoño en su versión más original, campo, recogimiento, frio, preparación para el invierno... y hasta alimentación recolectora, de los frutos que ofrece la estación...toda una sorpresa, tengo que reconocer...
Además, a mi el frio no me suele sentar bien, pero esta vez (y ahora ya voy viendo de dónde viene y con qué tiene que ver) hasta lo he disfrutado, y para eso como es evidente, hay que pasarlo...cosa que en el mediterraneo, no puedo hacer.
Y a lo que iba, la vuelta...esta mañana mi madre casi me impuso sacar a Luna...bueno, pensé, hace frio pero por un dia que no la saque ella...y la Luna y yo, nos he hemos adentrado en la niebla espesa y en los escasos 2 grados de esta mañana, en busca de otro momento para disfrutar del frio. Cuento esto porque tenia que ser, que en mi camino esta mañana apareciera mi maestra (Marta), no podia irme sin verla y eso habia quedado pendiente... como siempre y una vez más, con 4 palabras me ha puesto en mi sitio...y con ello me he dado cuenta que en mi vida falta un hueco por llenar. Convencida de ello, he vuelto a casa, cargado el coche, pasado por la tienda y puesto en ruta.
Todo el camino lo he ido rumiando y vuelvo a Alicante con una nueva ilusión, con ganas de llenar ese vacio con algo más que deporte, horas de estudio y exigencia...eso ya me lo conozco, ahora toca explorar otras cosas cuidandome desde la tranquilidad...y atravesndo los condicionantes. Para seguir creciendo hay que ponerse nuevas metas y como dice Bienve:
TODA CURACIÓN PASA POR EL AMOR... pues a ello!!!
