martes, 22 de enero de 2013

TERUEL EXISTE

He pasado el fin de semana en la montaña, más concretamente paseando por las faldas de la sierra de Javalambre. Allí, dónde la noche llega al irse el sol (pero de verdad) sin luz en las calles, vuelves a entrar en los ciclos que la naturaleza marca, por alguna razón.
En inmejorable compañía, he dejado de correr dos días, en un paraje insólito (no sin resignación) que me recordaba vagamente mi tierra.
Sabinas y sabinares, salientes rocosas, ríos, orografía escarpada...
Gentes nobles, carácter humilde, sinceridad y austeridad...

 
La vuelta a la civilización, después de compartir ratos de silencio y de conversación plena frente al fuego, sinceramente pica un poco.
El "retiro" me ha servido para trabajarme el desapego y el estado de comodidad en el que estoy desde hace algún tiempo. Y es que...que digan o que quieran, pero sin trabajar (siempre que se pueda)... se está muy bien.

Hoy, por fin me siento dispuesta (al menos un poco más), para ponerme al servicio de los chavales, para estar atenta al apoyo de su crecimiento y a entregar parte de mi energía a extraer la mejor que ell@s tienen.
4 opciones: Valencia y las clases en Catalán, Burajasot y el carácter especial, Segorbe y su Espadán, Canals con sus horas en coche...

Ya he hecho la quiniela, ahora...a jugar las cartas.
Mañana a estas horas, puede que haya hecho pleno al quince.
¿Apostamos a que vuelvo a la Montaña?  ;)