sábado, 24 de agosto de 2013

TRIATLON DEL AR AVALLE

Hasta para apuntarme tuve que dejar que el destino hiciera los deberes por mí, ya que yo, lo de nadar en aguas “off-piscina”… lo veía algo turbio.
Un cúmulo de factores y amigos animándome, tomaron la decisión por mí, cosa de la que ahora…me alegro.
Tengo que decir, que hasta el último momento, el miedo-respeto estuvo presente. Pero en la medida en que se acercaba la hora de la salida, el entusiasmo le fue ganando terreno, y la emoción por compartir un día con todos, hizo lo demás.
Momentos previos de risas, desde la cámara de llamadas hasta el pantano, que se saldaron con alguna cadena rota y la caída de Chuchi, que por poco nos deja sin él como participante.

“Vamos despacito Maki”. Me buscaba en el agua y a mí me tranquilizaba enormemente. Me acordaba de los momentos  en que nos habíamos acercado este verano al pantano y nos íbamos quitando el miedo el uno al otro. ¡¡Tenemos que conseguirlo!! –pensaba- y entre el gentío le decía “Soy yo Maki, vamos a por la primera boya”… si le perdía de vista, le buscaba detrás y no paraba hasta encontrarlo  soy yo Maki, vamos a por  la segunda  al rato, aunque  no sabía si me oía, otra vez hablaba, (para él y para mí)desde aquí ya lo conocemos, un poco más y ¡¡lo tenemos!!“  y así, salimos del agua, los últimos, pero los más contentos ¡¡que guay me lo he pasado,-decía él-  vamos a por la bici” J
Transición lenta, digamos de principiantes inexpertos, pero de alegría…nos dio tiempo hasta compartir un plátano. J
Rodeamos el pantano comentando la experiencia y probando la pierna y el hombro de la caída fuera del agua. ¿Cómo vas?-  Me duele- decía, pero… no lo daba más espacio del normal. Un campeón, de los de verdad.

Comenzamos con subidas. Trialeras técnicas de gran pendiente y piedra,  en las que las piernas, de la emoción, sólo querían seguir apretando. Poco a poco empezamos a coger gente, me notaba bien. Nos encontramos con Davi, y Chuchi decidió quedarse a su lado.
 Yo, me notaba con muchas ganas, con las fuerzas que te da haber roto una barrera interna que durante un tiempo me había bloqueado el avance, quería darlo todo... De menos a más, fui cogiendo gente, chicas, conocidos y nuevas personas…haciendo kilómetros 100% presente y al 90% de mis posibilidades, sólo guardando fuerza para la carrera a pie. Tanto disfruté que cuando quise darme cuenta había hecho ya 18 km del recorrido e iba compartiendo cabeza, del grupo de las chicas.
Si no hubiese sido por un par “de pedradas” que me sacaron de la burbuja, me planto en la transición como si una nube me hubiese llevado.

Una pedrada fue directa a la pierna – (para ir espabilando) y la otra…desgraciadamente al cambio, que muy a mi pesar quedó partido. Mientras hice “el apaño” Eva (que iba segunda en ese momento me alcanzó) “¿Te ayudo Bea?” -he partido el cambio, pero sigue creo que me aguantará-  me permitió 4 km más de avance, pero sin poder cambiar…¡¡Solo pido que me deje terminar!! Le decía a Eva en otro rato que compartimos en carrera. Pero…se metió de nuevo entre los radios y tuve que volver “a montar el taller” ¡¡A ver ahora!! Casualmente Ángel Parrón (nuestro fotógrafo amigo) estaba cerca y me dio la fuerza para volverlo a intentar. Me quedaban 6 km para la transición y…la incertidumbre de si podría acabar.
Consigo de nuevo “montar el chiringuito” y avanzo casi 2 km más, pero al llegar a la rampa de “Los Mazalinos” la cadena se une a la fiesta y dice que…se queda allí. Parto cadena, parto cambio y… ¿Qué me queda? ¡¡Las piernas!! Por un momento, me planteo si merece la pena seguir y…en milésimas responde el cuerpo corriendo hacia arriba arrastrando la bici. ¡¡Aunque llegue la última, no va a ser la bici la que no me deje terminar!!

Dolor de piernas, calambres y alguna lágrima de impotencia. Voy viendo pasar gente que se la ve muy cómoda sentada sobre el sillín. Me preguntan… y respondo ¡¡Voy sin cadena!! Ya llegaré… me pasa otra chica, sigo corriendo. Descubro que las zapatillas de bici, son algo duras para correr, me rio… ¡¡que le voy a hacer??  
Voy mirando el cuentakilómetros y parece que me voy a cercando al pueblo. Con la bici de la mano, se avanza un poco menos…decido tomármelo como una transición laaaaarrrrrrrrrrgaaaaa, me rio otra vez. J. En alguna cuesta abajo, hago función patinete y de paso….me llevo un descanso.

Llego a la Zarza (Transición) y grito para desahogarme, ¡¡¡vengo corriendo casi 5km arrastrando la bici…!!! veo a Esteban, a María, a Paco…me devuelven las fuerzas. ¡¡Venga Bea!!
Dejo la bici, y me voy buscando “quitarme la espina”  No tardo en descubrir que… las fuerzas…escasean. Bebo y decido apostarlo todo, a una. No hay otra posibilidad. Velocidad de crucero e Intensidad 95%...hasta donde llegue. Con los dientes apretados, sigo disfrutando del paisaje algo dolorida, pero la bajada…me la reservo. Me voy recuperando y poco a poco me noto mejor…cojo gente, entre ellas la chica que va segunda…ella me ha visto antes y rápido entiende que “me estoy quitando  la espina”… ni me sigue.
Llego al pueblo y el recibimiento es espectacular. Todo amigos y la última cuesta me da la bienvenida.

Se me pasa todo, se me impone la alegría. Pienso: El cambio se arregla con dinero, la cadena con otra nueva, las piernas dejan de doler con un poquito de descanso, pero lo que he vivido hoy… no tiene precio.
Al final segunda :) ¡¡Gracias Aretesport!! Por proponer un triatlón…de verdad.