martes, 8 de diciembre de 2009

YO, MI, ME, CONMIGO


Jo Bea ¡¡cuánto tiempo!! pues ya ves.. ni siquiera recuerdo cuando fue la última. Mira que te lo digo siempre, date tiempo, pasea, respira, descansa...y tu nada, trabaja, corre para un lado, corre para otro...que no te vemos el pelo... Eso es lo que suelen decirme mis amigos, joder si no me lo veo ni yo, ¡¡si hasta hoy no he tenido un sitio para mi misma!! pues.. bienvenida a casa Bea, te estábamos esperando. Gracias, yo también me he echado de menos :)

Esta mañana metida en la maraña del descanso-puente he conseguido reencontrarme conmigo. Todo parecía que estaba puesto ahí porque ese era su sitio, su tiempo y su espacio. Luego no te sorprendas, eso es eso que no se ve, que llaman energía: El libro del corte inglés, con la lección aprendida en el momento justo. Los olores de la gente en un día festivo, que me devuelven a la realidad del día que es y de la fecha en la que estamos. La marabunta de la explanada, que me recuerda que las aglomeraciones ni me gustan, ni me sienta bien (soy más de pueblo que las amapolas, qué le vamos a hacer). Los senegaleses con los Cd's, me recuerdan lo afortunada que soy. La exposición de libros cerca del coche, que me nutre el alma con aquello que andaba buscando, y encima me da pistas para continuar...y hasta el último grano de arena sobre el que me senté a meditar... hasta ese tiene su significado.
Hay que ver cómo son las cosas. Cuando uno saca la atención de sí, todo parece desdibujado. Cuando uno vuelve a sí mismo, a su necesidad, todo parece que encaja.
Correr, calla el pensamiento. Caminar, le deja espacio. Ojear, calla el pensamiento. Leer, le deja espacio. Todo en su justa medida Bea, ese es tu trabajó ahora.
Hoy, ni trote ni estiramiento, caminar que también suma kilómetros. Hoy cambio asfalto por arena y seguimos contado pasos.
Estoy de vuelta, bendito puente. Namasté.

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