domingo, 25 de noviembre de 2012

UN PUNTITO DE LUZ

Cuentan que un día de ese cielo raso y estrellado de verano en Gredos, cayó una estelita de luz sobre una humilde casa de antiguos pastores. La lucecita era inesperada, pero aunque pequeña emitía mucha luz.
Cuentan que apagaba y encendia su fuerza a la par que el día y la noche y que acabó por hacerlo también al ritmo de las estaciones.
Cuentan, que una noche de verano, la luz se transformó en materia luminosa y que de ahí nació una criaturita, que vino a alumbrar a una familia formada por amplios detellos, pero también por profundos ratos de oscuridad.
Cuentan, que en los ratos de oscuridad, la niña lloraba de manera desconsolada, con amargura...durante años. Buscaba su luz, en las estrellas, en el sol, en el fuego de las chimeneas, en el amor....Cuentan que creció buscando ese foco de esencia que la alumbrase el camino, que la llevase de vuelta a la luminosidad de donde vino y a ser feliz en contacto directo con su verdadero ser.
Cuentan que un día, la niña creció. La adolescente maduró, la adulta se hizo mujer. Mujer de búsqueda de luz...a ratos mujer de luz.
Cuentan, que aunque nunca terminaba por entender por completo el idioma en el que su cuerpo le hablaba, hacia verdaderos esfuerzos por entenderse con él.
Cuentan, que cuando fue mayor, abandonó el hogar paterno y se marchó a buscar luz a una tierra del sur, del éste... A una tierra donde cada mañana podía ver el primer rayo de sol del día.
Por temporadas, después de cargarse de ésta nueva luz volvía. Volvía una y otra vez a la casa donde creció, para alumbrar los recovecos que alguna vez le habían hecho dudar del camino o perderse en la oscuridad. Cuentan, que a pesar de que para ella, cada paso hacia lo oscuro era doloroso, con distancia, tiempo y trabajo ésto... le permita crecer y descubrir que en las sombras, finalmente nunca había nada.

Cuentan que vivió dedicada a entenderse así misma para después ayudar a entenderse a los demás. A alumbrarse, para alumbrar...

Cuentan que vivío buscando la luz, su esencia... y que cuando la encontraba siempre, sin escatimar la compartía. Era luz, había venido a eso...



Namasté

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