Allá que voy, me dije.. allá, después de hallar, muchas ánimos y propuestas de gente que me quiere y que confía en mis posibilidades cuando yo no atino a verlas.
Alea jacta est, dije en voz alta 10' antes de que se cerraran las inscripciones... Davi, al otro lado de la habitación dijo: "toma" y bien supo a qué me refería sin decirle absolutamente nada.
La suerte está echada, me decía de adolescente siempre que asumía un nuevo reto. Alea Jacta est... y siempre solía salir cara.
Ahora, a días del nevo reto, me preparo a conciencia en temperatura, en distancia y...en ambiente, vamos, en el rio.
Esta tarde le decía a María (que una vez más me ayudaba sin darse cuenta), sí, al río. Sí, a nadar a lo largo del Tormes al que he visto crecido, helado y seco... ese mismo que me ha visto a mí, pequeña, mediana y grande.
Él ha sido testigo de mi proceso, desde que empecé con un arsenal de flotadores, manguitos y corchos, hasta los veranos en qué le olvidé, salvo para meterme con ropa al bajar de los Toros...
Todo pasa y aquello...también pasó. Y vinieron nuevos tiempos en los que aprendí a nadar en él a la vez que a navegar sin ahogarme en "mi Barco"...yo me entiendo.
Hoy, lo hemos cruzado, a lo largo desde las pozas hasta el puente...
¿De fondo? los ojos de los monstruos de piedra (Castillo y puente), ¿De lado? paseantes y mirones desde el parque de La Alameda, ¿De cerca? nadando a mi lado María, ¿y conmigo?, yo.
Voy soltando lastres, en el contacto la temperatura ya no impresiona, o sí...:) pero ya... sin presionar.
Es mucho más que un río, es agua y además, me vio crecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario