Un cúmulo de factores y amigos animándome, tomaron la decisión por mí, cosa de la que ahora…me alegro.
Tengo
que decir, que hasta el último momento, el miedo-respeto estuvo presente. Pero
en la medida en que se acercaba la hora de la salida, el entusiasmo le fue
ganando terreno, y la emoción por compartir un día con todos, hizo lo demás.
Momentos
previos de risas, desde la cámara de llamadas hasta el pantano, que se saldaron
con alguna cadena rota y la caída de Chuchi, que por poco nos deja sin él como participante.
“Vamos despacito Maki”. Me buscaba en el
agua y a mí me tranquilizaba enormemente. Me acordaba de los momentos en que nos habíamos acercado este verano al
pantano y nos íbamos quitando el miedo el uno al otro. ¡¡Tenemos que conseguirlo!! –pensaba- y entre el gentío le decía “Soy yo Maki, vamos a por la primera boya”…
si le perdía de vista, le buscaba detrás y no paraba hasta encontrarlo “soy yo
Maki, vamos a por la segunda” al rato, aunque no sabía si me oía, otra vez hablaba, (para
él y para mí) “desde aquí ya lo
conocemos, un poco más y ¡¡lo tenemos!!“ y así, salimos del agua, los últimos, pero
los más contentos ¡¡que guay me lo he
pasado,-decía él- vamos a por la bici” J
Transición
lenta, digamos de principiantes inexpertos, pero de alegría…nos dio tiempo
hasta compartir un plátano. JRodeamos el pantano comentando la experiencia y probando la pierna y el hombro de la caída fuera del agua. ¿Cómo vas?- Me duele- decía, pero… no lo daba más espacio del normal. Un campeón, de los de verdad.
Comenzamos
con subidas. Trialeras técnicas de gran pendiente y piedra, en las que las piernas, de la emoción, sólo
querían seguir apretando. Poco a poco empezamos a coger gente, me notaba bien.
Nos encontramos con Davi, y Chuchi decidió quedarse a su lado.
Yo, me notaba con muchas ganas, con las
fuerzas que te da haber roto una barrera interna que durante un tiempo me había
bloqueado el avance, quería darlo todo... De menos a más, fui cogiendo gente,
chicas, conocidos y nuevas personas…haciendo kilómetros 100% presente y al 90%
de mis posibilidades, sólo guardando fuerza para la carrera a pie. Tanto
disfruté que cuando quise darme cuenta había hecho ya 18 km del recorrido e iba
compartiendo cabeza, del grupo de las chicas.Si no hubiese sido por un par “de pedradas” que me sacaron de la burbuja, me planto en la transición como si una nube me hubiese llevado.
Una pedrada fue directa a la pierna – (para ir
espabilando) y la otra…desgraciadamente al cambio, que muy a mi pesar quedó
partido. Mientras hice “el apaño” Eva (que iba segunda en ese momento me
alcanzó) “¿Te ayudo Bea?” -he partido el
cambio, pero sigue creo que me aguantará-
me permitió 4 km más de avance, pero sin poder cambiar…¡¡Solo pido que me deje terminar!! Le
decía a Eva en otro rato que compartimos en carrera. Pero…se metió de nuevo
entre los radios y tuve que volver “a montar el taller” ¡¡A ver ahora!! Casualmente Ángel Parrón (nuestro fotógrafo amigo)
estaba cerca y me dio la fuerza para volverlo a intentar. Me quedaban 6 km para
la transición y…la incertidumbre de si podría acabar.
Consigo
de nuevo “montar el chiringuito” y avanzo casi 2 km más, pero al llegar a la
rampa de “Los Mazalinos” la cadena se une a la fiesta y dice que…se queda allí.
Parto cadena, parto cambio y… ¿Qué me queda? ¡¡Las piernas!! Por un momento, me planteo si merece la pena seguir
y…en milésimas responde el cuerpo corriendo hacia arriba arrastrando la bici.
¡¡Aunque llegue la última, no va a ser la
bici la que no me deje terminar!!
Dolor
de piernas, calambres y alguna lágrima de impotencia. Voy viendo pasar gente
que se la ve muy cómoda sentada sobre el sillín. Me preguntan… y respondo ¡¡Voy sin cadena!! Ya llegaré… me pasa otra chica, sigo corriendo. Descubro que las
zapatillas de bici, son algo duras para correr, me rio… ¡¡que le voy a hacer??
Voy
mirando el cuentakilómetros y parece que me voy a cercando al pueblo. Con la
bici de la mano, se avanza un poco menos…decido tomármelo como una transición
laaaaarrrrrrrrrrgaaaaa, me rio otra vez. J.
En alguna cuesta abajo, hago función patinete y de paso….me llevo un descanso.
Llego
a la Zarza (Transición) y grito para desahogarme, ¡¡¡vengo corriendo casi 5km arrastrando la bici…!!! veo a Esteban,
a María, a Paco…me devuelven las fuerzas. ¡¡Venga
Bea!!
Dejo
la bici, y me voy buscando “quitarme la espina”
No tardo en descubrir que… las fuerzas…escasean. Bebo y decido apostarlo
todo, a una. No hay otra posibilidad. Velocidad de crucero e Intensidad
95%...hasta donde llegue. Con los dientes apretados, sigo disfrutando del
paisaje algo dolorida, pero la bajada…me la reservo. Me voy recuperando y poco
a poco me noto mejor…cojo gente, entre ellas la chica que va segunda…ella me ha
visto antes y rápido entiende que “me estoy quitando la espina”… ni me sigue. Llego al pueblo y el recibimiento es espectacular. Todo amigos y la última cuesta me da la bienvenida.
Se
me pasa todo, se me impone la alegría. Pienso: El cambio se arregla con dinero, la cadena con otra nueva, las piernas
dejan de doler con un poquito de descanso, pero lo que he vivido hoy… no tiene
precio.
Al final segunda :) ¡¡Gracias
Aretesport!! Por proponer un triatlón…de verdad.